jueves, 19 de julio de 2007

R.I.P.

Se supone que a medida que crecemos vamos cambiando, mejorando con el tiempo y asi perfeccionandonos lentamente, ya sea para convertirnos en mejores personas o para paliar nuestras carencias y adaptarnos mejor a un mundo que nos ha resultado más hostil que para otras personas... pero qué pasa cuando nos damos cuenta de que en vez de evolucionar hemos involucionado?
Esta idea ha estado rondando por mi cabeza desde hace días, especialmente luego de reencontrarme con mis viejas amigas de bachillerato (Viviana y Paulina esta vez), fue una reunión relativamente corta durante el tiempo de toma de la uv... fue sorprendente, ellas no habian cambiado en lo más minimo, o por lo menos eso pude observar a primera vista con las pocas horas que estuvimos juntos, sin embargo yo no podía decir lo mismo. Mi vida habia tomado un camino totalmente diferente.
Mientras las escuchaba y observaba como reían, festejaban y bromeaban, no pude evitar pensar en el pasado con una gran nostalgia. Recorde aquellos tiempos locos de Bachillerato en los que cualquier excusa era buena para salir a celebrar, tirar la talla o reunirse a meditar respecto vicio de la pereza =P. Mientras mi mente viajaba a ese pasado ya remoto no pude dejar de recordar a un muchacho delgado y ligeramente paliducho, de gran sonrisa y siempre bien vestido (al menos en un 90% de las veces), tenia los ojos rasgados y casi siempre llevaba la barba en forma de candado, era una persona realmente feliz ese niño, se llevaba bien con todo el mundo y tenia una gran chispa, siempre tenia la respuesta para cualquier talla y un chiste o comentario gracioso en la punta de la lengua, salia a carretear con bastante frecuencia y en general se podria decir que era un buen bailarin (excepto por la salsa... era un cero a la izquierda en ese estilo), lo que si no tomaba mucho, por lo que ciertos carretes y algunas hermandades excesivamente vikingas estaban virtualmente vedadas para el (nadie es perfecto =P ). En otras palabras era una persona que muy rara vez sobraba entre los distintos grupos y que, en la mayoria de los casos, era querido y estimado por la gente que le rodeaba. Se notaba que se sentia pleno y vivia el carpe diem a diario, aprovechando y disfrutando cada segundo de su existencia... era un niño todavia, hay que decirlo, creía aún en las personas y trataba de siempre encontrar algo positivo de cada experiencia... creía en la magia y en la existencia de valores y sentimientos imperecederos... era adorable y debo reconocer que realmente lo amaba, su nombre era Leandro Maximiliano Contreras Rojas.
Una vez Ambrose Bierce definio la palabra "año" de la siguiente forma "periodo que comprende 365 desiluciones", pues bueno, aquel niño tuvo tantas desiluciones que envejecio demasiado pronto... durante años arrastro sólo decepciones y desengaños; crecio tan rapido que antes de que se diera cuenta ya era un anciano y finalmente... murio.
Desde entonces arrastro conmigo, dentro de mi memoria el cuerpo sin vida de aquel niño. A veces le practico desesperadamente tecnicas de reanimación para ver si puedo resucitarlo y a veces, solo a veces, logro traerlo de vuelta a la vida por breves instantes... Muchas veces me pregunto por qué se fue y me dejo solo, dejo sólo la cáscara vacia y un recuerdo de una magia y una inocencia que no han regresado y que no regresaran. Debo admitir que su partida supuso la adquisición de una mayor experiencia y una mejor adaptación al mundo que me rodeaba... pero para ser honesto conmigo mismo... lo cambiaria todo por recobrar lo que algún día fui.
Sé que es odioso comparar y que no es bueno para la salud mental... pero cada vez que pienso en él no puedo más que sentir una gran pena por mi yo presente y añorar esos años pasados... Tal vez sea normal, es decir, con el paso del tiempo partes de nosotros van muriendo de igual forma como otras nacen, somos animales en constante evolución pero... por qué siempre tiene que morir la inocencia? aquella parte hermosa que poseemos todos desde que nacemos y que lentamente es arrancada hasta que solamente quedan hilachas de lo que un día fueron solidos ropajes... me pregunto tambien si existirá algun nigromante que pudiese revivir a aquel niño que tanto extraño...
Este es mi último homenaje a aquel bello niño que algun día fuí: Amigo mío... pudimos compartir muy poco tiempo juntos, te deje abandonado durante muchos años, no porque no te quisiera si no porque estaba demasiado triste para tomarte en cuenta aunque sé que gritabas desde lo mas profundo de mi ser por salir y mostrarte al mundo. Te deje ver la luz del sol y te aprendí a querer hace un par de años... vivimos muchas cosas juntos, aunque debo reconocer que quedé gusto a poco. Duraste lo que dura una estrella fugaz, pero mientras brilló tu luz fui intensamente felíz... te extraño mucho y sé que si todavia estuvieras vivo me seguirias dando fuerzas para continuar esta larga caminata... ahora estoy por mi cuenta y aunque sé que otros me apoyan me haces falta, como tambien sé que a muchos de los que te llegaron a conocer tambien les haces falta y te extrañan.
Amigo mío, mis unicos consuelos son el haberte podido conocer y el haber podido compartir a tu lado momentos tan magicos como los que vivimos... nunca me olvides que yo nunca te olvidare y espero que estes donde estes, te halles mejor de lo que estuviste a mi lado.

Amigo... hemano, descansa en paz.